Significado De Anubis: El Protector de los Difuntos en la Mitología Egipcia
Introducción
La mitología egipcia es rica en deidades y figuras divinas que despiertan nuestra curiosidad e interés. Una de las más enigmáticas y fascinantes es Anubis, cuyo nombre egipcio es Inpu. Anubis es el guardián de las tumbas, asociado con la muerte y la vida después de esta en la religión del Antiguo Egipto. Representado como un chacal o un perro salvaje, o incluso como un hombre con cabeza de chacal, el significado de Anubis ha intrigado a los estudiosos durante siglos. En este artículo, exploraremos en detalle quién es Anubis, cuál es su papel en la mitología egipcia y qué significado subyace en su existencia.
1. Orígenes de Anubis
El dios Anubis es uno de los más antiguos en la mitología egipcia. Su nombre se ha escrito de diversas maneras a lo largo de los siglos, desde el símbolo único del perro acostado hasta un conjunto de signos fonéticos. A pesar de numerosas suposiciones, el significado del nombre sigue siendo confuso e inexplicable. Algunos sugieren que podría ser una onomatopeya del aullido del chacal, mientras que otros argumentan que su origen está relacionado con la forma en que los antiguos egipcios observaban el comportamiento de los cánidos en los cementerios.
2. El Rol de Anubis en la Mitología Egipcia
Anubis desempeñaba un papel fundamental como el protector y guía de los difuntos en el Antiguo Egipto. Su culto se extendía por todo el territorio egipcio desde el siglo XXXII a.C. hasta que se debilitó con la llegada del cristianismo en los siglos IV y VI d.C. Una de las principales funciones de Anubis era vigilar el “Paraíso Occidental”, que en realidad era una referencia a la tierra de los muertos. Allí daba la bienvenida a los fallecidos, momificaba sus cuerpos para hacerlos incorruptibles y eternos, purificaba sus corazones y espíritus, y evaluaba sus almas mediante el pesaje del corazón.
3. Epítetos de Anubis
Anubis tenía varios epítetos que destacaban sus vínculos con los cementerios y su papel como deidad funeraria. Uno de los más notables es su conexión con la ciudad de Hardaï, conocida como “Cinópolis” en griego, que significa “ciudad de los perros”. Los sacerdotes egipcios jugaron un papel fundamental en la creación de las tradiciones relacionadas con los vínculos familiares de Anubis, incluso lo consideraban el hijo de Ra y Neftis o, según algunas versiones, el hijo ilegítimo de Neftis y Osiris.
4. Anubis y la Momificación
Uno de los momentos más emblemáticos de la mitología egipcia en relación con Anubis es su participación en la reconstrucción del cuerpo de Osiris después de su asesinato y desmembramiento por Set. Este acto marcó el inicio de la práctica de la momificación, un proceso esencial en la creencia egipcia para asegurar la vida después de la muerte.
5. Representaciones de Anubis
Anubis era representado de diversas formas en la iconografía egipcia. A menudo, se le mostraba como un hombre con cabeza de cánido, ya sea un perro egipcio o un chacal negro. Este aspecto simbolizaba la resurrección, ya que el color negro estaba asociado con la putrefacción de los cuerpos y la tierra fértil, un ciclo que recordaba la idea de la vida después de la muerte.
6. Evolución de la Escritura Jeroglífica de Anubis
La escritura del nombre de Anubis en caracteres jeroglíficos ha evolucionado a lo largo de los siglos. Inicialmente, se representaba con el ideograma del canino recostado, pero con el tiempo, se desarrollaron signos fonéticos específicos para su nombre. Esta evolución refleja la importancia creciente de Anubis en la mitología egipcia a medida que pasaban las dinastías.
7. Conclusiones
En conclusión, Anubis, el dios protector de las tumbas en la mitología egipcia, desempeñó un papel crucial en la creencia en la vida después de la muerte en el Antiguo Egipto. Su significado y origen pueden seguir siendo un misterio, pero su importancia en la cultura egipcia es innegable. A lo largo de miles de años, Anubis guió a los difuntos hacia la eternidad y presidió los rituales funerarios que aseguraban la transición hacia el más allá. Su imagen como el hombre con cabeza de chacal y su conexión con los perros vagabundos en los cementerios perduran como un fascinante legado de la antigua civilización egipcia.