La Navidad es tiempo para celebrar con nuestra familia y amigos. Para muchos cristianos es el momento especial del año en el que recordamos el nacimiento de Jesús y reflexionamos sobre el gran amor que Dios tuvo con cada uno de nosotros al enviar a Jesús a este mundo. Cantamos villancicos, nos hacemos regalos y comemos juntos. Pero, ¿cómo se originó la Navidad? ¿Es en realidad una celebración cristiana? ¿Debemos celebrarla los creyentes? ¡Celebramos que nació Jesús, nuestro Salvador!
Aunque la fecha no sea exacta y el origen de la festividad no nos parezca muy puro, es lindo tener un día al año para celebrar que Dios nos amó tanto que no nos dejó sin opción de salvación. Él tomó la iniciativa enviando a Jesús a nacer, a vivir y morir por cada uno de nosotros. Gracias a su sacrificio y amor hemos sido adoptados como hijos de Dios y la época navideña nos da una oportunidad natural para compartir esta buena nueva con los que forman parte de nuestra vida.
El nacimiento de Jesús, que celebramos en Navidad, es un evento central en la fe cristiana. La Biblia narra este acontecimiento en los libros de Mateo 1:18-25 y Lucas 2. Jesús no era un bebé común y corriente; era Dios encarnado y venía con una misión específica: salvarnos de nuestros pecados.
En Mateo 1:21, se nos dice que el nombre de Jesús significa “Él salvará a su pueblo de sus pecados”. Este nombre fue profetizado en el Antiguo Testamento, específicamente en Isaías 7:14, donde se anunciaba la concepción de una virgen y la misión de Jesús de acercarnos a Dios. La profecía se cumple en Mateo 1:22-23: “La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel” (que significa “Dios con nosotros”).
Celebración y Convicciones
Los cristianos debemos celebrar el nacimiento de Jesús y agradecerle por su inmenso amor hacia nosotros. Sin embargo, la fecha exacta del nacimiento de Jesús no se menciona en la Biblia, y la elección del 25 de diciembre como el día de celebración tiene raíces históricas y culturales. Cada cristiano tiene la libertad de decidir si se une o no a esta celebración. Colosenses 3:17 nos insta a hacer todo en el nombre de Jesús y agradarle en todo lo que hacemos.
La Biblia también nos dice en Romanos 14:5: “Hay quien considera que un día tiene más importancia que otro, pero hay quien considera iguales todos los días”. Esto significa que algunas personas pueden darle más importancia a la celebración de Navidad que otras. La clave es mantener nuestras convicciones personales entre Dios y nosotros, y respetar las decisiones de los demás.
El Significado Profundo
Independientemente de cómo elijamos celebrar la Navidad, debemos recordar el significado profundo de este evento. La palabra “Navidad” proviene del latín “nativitas”, que significa nacimiento. Durante estos días, recordamos que Dios vino a este mundo y nació como un bebé. Su nacimiento cumplió profecías y anunció su misión de salvar a la humanidad.
En conclusión, la Navidad es una oportunidad para reflexionar sobre el amor de Dios y la salvación que tenemos en Jesús. Si bien la fecha y las tradiciones pueden variar, el mensaje central de la Navidad es universal: Dios con nosotros, trayendo esperanza y salvación a través de su Hijo. Que esta Navidad sea una ocasión para celebrar y compartir el amor de Dios con quienes nos rodean.