Inicuo Significado Bíblico
El significado bíblico de “inicuo” proviene del término en latín ‘inīquus’. Este comprende la suma del prefijo ‘in’, que quiere decir ‘no – sin’, y el adjetivo ‘aequus’, que se traduce como ‘igual’. Se usa para referirse a algo que no es equitativo, que carece de equilibrio y que posee maldad en sí.
1. Definición
El concepto de inicuo se emplea como sinónimo de injusto, de ruin, algo disparejo que va en contra de la entereza. Se asocia con la maldad, lo perverso, lo siniestro, la deslealtad y lo vil, cualquier semejante infame que carezca de nobleza y moral. Esta condición incluye falta de rectitud y cordura, en esencia es un carácter malévolo propio de los impíos.
Un individuo inicuo carece de ley, no se rige por los mandamientos sagrados, sino que alimenta su ego de injusticias. No posee una relación con Dios ni con ninguna autoridad que tenga reglas a cumplir, pues la iniquidad tiene que ver con la rebeldía. Es opuesto a la fe, justicia, amor y paz que proclama el reino de los cielos, al no reflexionar con la razón y la conciencia.
2. La Parábola del Juez Inicuo y la Viuda Importuna
En las sagradas escrituras, encontramos una parábola sobre el juez inicuo y la viuda importuna, que se encuentra en el libro de San Lucas. El relato describe a una mujer que perdió a su marido y que no se cansa de pedir justicia. Por otra parte, ilustra a un juez que hace oídos sordos hasta que se harta de la obstinación de la señora y acepta su petición.
Esto se puede tomar como metáfora de que Dios es justiciero, aunque parezca que se retrasa en dar respuesta. Cuando los fieles le suplican con plegarias, él dará lo justo en el tiempo perfecto. Por ello, hay que confiar, tener fe en que somos escuchados y pedir la igualdad que con constancia será otorgada.
3. El Uso de “Inicuo” en las Escrituras
En el libro de ‘Salmos’ del Rey Salomón, se encuentra usada esta expresión unas setenta veces a lo largo de sus poesías. En la narración de la crucifixión de Cristo, se justifica su sangre derramada como el aliento a los fieles para que se rediman ante Dios. El pacto por el que Jesús dio su vida fue la base del perdón hacia los inicuos, quienes, si no se arrepienten, tendrán castigo eterno.
Podemos encontrar la palabra inicuo en algunos de estos pasajes:
- 2 Tesalonicenses 2:9: “A aquel inicuo, cuya llegada es obra de Satanás, con gran vigor, señas y milagros de mentiras.”
- Proverbios 6:12: “La persona que no es digna, el hombre inicuo, es aquel que camina con boca perversa.”
- Salmos 55:20-56:3: “Desplegó el inicuo sus manos contra los que estaban en alianza con él, quebrantó su acuerdo. Las palabras de su boca son más blandas que la mantequilla.”
- Proverbios 29:27: “Aversión es a los justos el varón inicuo. Y abominación es al impío el de justo proceder.”
- Salmos 64:5-7: “Obstinados en su inicuo propósito, tratan de encubrir los lazos y se preguntan quién los ha de ver.”
4. Conclusion
En conclusión, “inicuo” significa malo. La parábola de la viuda y el juez injusto nos enseña la importancia de orar con fe y no rendirse. Si incluso una persona mala responde a la petición de alguien que no deja de molestarle, ¡cuánto más responderá Dios a nuestras oraciones! La palabra “inicuo” proviene del latín “iniqūus” y se refiere a algo que es perjudicial, injusto o malvado.
En la Biblia, la palabra “inicuo” se utiliza para describir acciones o comportamientos que son contrarios a la voluntad de Dios y al bienestar de las personas. Estos comportamientos incluyen la maldad, la injusticia, la inmoralidad, la traición y la avaricia, entre otros. En la Biblia, se nos advierte sobre las consecuencias negativas de las acciones inicuas y se nos anima a vivir de acuerdo con los mandamientos y los valores de Dios.
La Escritura dice en Romanos 6:23: “Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”. Al elegir vivir de acuerdo con los mandamientos y los valores de Dios, podemos evitar las consecuencias negativas de las acciones inicuas y experimentar la paz y la felicidad que provienen de una vida en armonía con Dios. Es importante recordar que el pecado y la iniquidad son caminos que nos alejan de Dios, mientras que la rectitud y la fe nos acercan a Su amor y Su gracia.